Son pequeñas piezas que juegan con nuestros sentidos. Las piezas de bollería tienen esas dosis de placer y de dulce sabor que nos alegran cada pequeño momento que disfrutamos de ellas. Un mordisco, a cualquiera de ellas, en cualquier momento, nos transporta a días de celebración, de “premio” por lo obtenido o por conseguir o simplemente a esa poderosa gran razón que es el “porque me apetece”. 

¿Qué tiene la bollería para producir semejante sensación?. De nuevo, como en el mundo del pan y en el dulce, la bollería se presenta de esta manera por la calidad de las materias primas y los procesos de elaboración de sus masas fermentadas que son claves para conseguir que cada una de nuestras piezas tenga ese sabor característico que le queramos aportar. Es la bollería una de esas disciplinas de la alimentación que hemos de recuperar para colocarla en el lugar que se merece

Conviene recordar que, como cualquier pieza elaborada y transformada, requiere de la máxima calidad de sus materias primas: Que le leche empleada sea fresca y del día, que la mantequilla sea mantequilla, que tenga el toque justo de azúcar, que la masa de hojaldre esté bien elaborada, que el chocolate sea chocolate auténtico y con sabor y que la crema y la nata que se prepara cada mañana esté en su perfecto estado. Este es nuestro trabajo diario en Artepan, que lo básico de la bollería esté perfectamente realizado, esté cada día de sobresaliente. Es nuestra responsabilidad hacer que la bollería que se elabora sea si o sí de la máxima calidad para que pueda ser valorada sin duda por nuestros clientes. Probar un croissant de verdad no tiene comparación, compartir una palmera de chocolate es un placer y así con todas las piezas que realizamos. 

Con una buenísima base de elaboración, como principio firme de nuestra filosofía, es posible realizar nuevos productos como el nuevo croissant relleno de queso y frambuesas, el nuevo cruffin con masa de croissant y chocolate, o nuestro Hoop. Estas nuevas piezas de bollería que lanzamos en Artepan muestran nuestra capacidad de poder preguntarnos qué hacer de nuevo y de mejor en nuestros productos pero siempre desde una base común realizada con el máximo cuidado y responsabilidad. ¿Qué, probamos?